Imagen: Bartomeu Melià sj
Los indígenas aché asumen el reto de recuperar su lengua y su cultura tras el genocidio que, según datos de historiadores y antropólogos, padecieron en Paraguay por la represión de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), dijo hoy a Efe María Luisa Duarte, representante de este pueblo.
“El genocidio fue un factor determinante en la pérdida de nuestra cultura. La pérdida de nuestra lengua obedece a que hubo generaciones que fueron totalmente aniquiladas por parte del Estado”, explicó Duarte, militante de la organización de mujeres Kuña Guaraní Aty.
Según datos de 1970, la población de la comunidad aché, asentada al este de Paraguay, disminuyó más del 60 % en menos de cinco años debido al desalojo forzoso de sus tierras ancestrales, la falta de atención médica y la venta de sus niños para el trabajo doméstico.
En 2013 se presentó ante tribunales argentinos una querella criminal por crímenes de genocidio y lesa humanidad cometidos contra los aché durante la dictadura de Stroessner.
Duarte, que hoy participó en una mesa en Asunción sobre las mujeres indígenas como transmisoras de su lengua, dijo que son dos los elementos claves que ayudarán a los aché a recuperar su idioma y su cultura: la espiritualidad y el territorio.
“En toda cultura, la espiritualidad es importante. En el caso de los aché, tenemos cantos, bendiciones, ritos de agradecimiento por una comida, por el nacimiento de un niño o por un casamiento. Todos estos ritos se manifiestan a través de la lengua propia de nuestro pueblo”, explicó la activista.
Sin embargo, la desaparición de las generaciones más ancianas, que conservan la lengua y el conocimiento adquirido cuando vivían en aislamiento, transmitido a través de la experiencia diaria, pone en riesgo la supervivencia de algunas prácticas culturales, admitió Duarte.
Otro factor que amenaza a la continuidad de la cultura aché es la “presión y las intromisiones sobre el territorio”, que Duarte considera “un espacio físico fundamental para el desarrollo de la identidad”.
“La pérdida de territorio y la falta de tierras reducen los conocimientos culturales, porque éstos van relacionados con el hábitat”, señaló Duarte.
“Por ejemplo, no se pueden transmitir conocimientos de medicina tradicional con ciertos remedios naturales si los indígenas están desplazados en un lugar donde no existen las plantas necesarias para producirlos”, destacó.
Duarte insistió además en que la conservación de la lengua nativa es importante, pero no basta con aprender “los signos del idioma”, sino que éste debe servir como vehículo de transmisión y mantenimiento de saberes propios como la medicina o el arte culinario.
La mesa de debate sobre el rol de las mujeres indígenas como transmisoras de su lengua propia estuvo organizada por la Secretaría de Políticas Lingüísticas y la Secretaría de la Mujer de Paraguay. EFE
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