El quichua santiagueño constituye una de las dos variedades dialectales quechuas que aún se hablan en el Noroeste Argentino (NOA). Es el testimonio vivo de la extraordinaria difusión que alcanzara el idioma oficial del antiguo imperio del Tahuantinsuyo, una de las civilizaciones más portentosas del continente. Su vigencia, a pesar de la sistemática campaña de eliminación a través de la instrucción pública, es motivo de asombro para algunos y de legítimo orgullo para otros. Aunque el quichua se habló en todo el NOA hasta hace un siglo atrás, la variedad santiagueña ha quedado confinada a una región que ya no guarda continuidad territorial con el área actualmente ocupada por el resto de la familia quechua.
Se estima entre 140.000 y 160.000 el número de quichuahablantes en la República Argentina, todos ellos bilingües, pero no se dispone de datos precisos por cuanto los censos y relevamientos oficiales omiten deliberadamente toda referencia a la diversidad lingüística que realmente existe en el país, no sólo por causa de la cosmovisión europeísta que impera en los centros de poder, sino también porque es una manera de ocultar la dramática situación social, económica y cultural a la que fueron sometidos los descendientes de los antiguos pobladores de estas tierras. Tobas, matacos, chiriguanos y mapuches son algunos de los catorce grupos étnicos que habitan el suelo argentino y que aún hoy sufren las consecuencias de un etnocidio desembozado y de un permanente marginamiento, a pesar de la supuesta vigencia de la Ley Nº23.302 de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes.
Mas alla de lo que se considere oficial o no, estaría bueno reflexionar sobre lo siguiente: En este suelo, el idioma castellano es el q vino despues...y tapo muchas voces, asi q a destapar la olla y a escuchar otras voces, otros modos de expresarse, de vivir y de ver las cosas, porque el idioma de cada uno no solo nos dice de donde venimos, sino tambien como pensamos y somos!
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