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Saberes ancestrales, la posibilidad de comunicarse en la propia lengua, la empatía básica de sentirse iguales es lo que aportan los auxiliares de la salud que acaban de incorporarse al sistema sanitario público. Aquí un repaso de sus primeras experiencias y un panorama de lo que se hace en las comunidades desde el Ministerio de Salud.
“Para la fiebre alta se hierve la hoja de naranja hái y se le baña con eso a la persona enferma y puede tomar pohã ro’ysã, como ustedes lo llaman, con kokû rogue; batatilla y perdudilla blanca”, cuenta Rafaela Sales Vargas, enfermera del pueblo avá-guaraní.
Lo hace contando una técnica sanatoria ancestral que puede ayudar a salvar una vida.
Este elemento de acercar saberes y de ofrecer la posibilidad de comunicación a los pueblos indígenas con el sistema de salud es lo principal en la reciente incorporación de un radiólogo y nueve enfermeros de los pueblos indígenas para diversas regiones sanitarias.
“Representa un avance significativo en la dirección de una atención médica más inclusiva y culturalmente sensible. Los profesionales incorporados provienen de comunidades yshyr ybytoso, nivaclé, avá-guaraní, mbyá-guaraní, aché y pãi tavyterã”, comentó Dalila Oviedo, titular de la Dirección de Salud Indígena (Dinasapi).
Rafaela dice estar “muy contenta porque para eso estudié y ahora me dieron la oportunidad de poder ejercer mi profesión”. La joven, oriunda de Nueva Esperanza, Canindeyú, cuenta que en su comunidad, de 64 casas, “tenemos un dispensario particular y conseguimos remedios y tratamos de brindar los primeros auxilios a nuestra gente que suele tener problemas respiratorios, presión arterial, diabetes, etc. Allí estaba haciendo mi voluntariado hasta que me llamaron y ahora ejerzo en el Hospital Distrital de Curuguaty”.
ESFUERZO
Cuenta que está haciendo un esfuerzo por perfeccionar su castellano y está feliz de poder hacer de intérprete entre los médicos y la gente del pueblo avá-guaraní que llega hasta el servicio de salud. “No es que lo manejo tan bien, pero me puedo defender. Entiendo lo que le indica el doctor. Ahora hay tres internados de nuestro pueblo y yo puedo ayudar a que se entiendan y ellos están muy contentos y yo también porque aprecian eso. Quiero agradecer por este trabajo que me dieron, en especial a mi padre”, dice.
Sergio Samuel Bogado es radiólogo y originario del pueblo Yshir (chamacoco) y ahora se está perfeccionando en la lengua para poder ayudar a los miembros de su etnia que llegan a atenderse en el Hospital del Indígena en Limpio. “Este hospital mejoró mucho, pero le falta…”, dice recordando sus tiempos de paciente.
“Estoy muy contento con mi familia, con mi mamá especialmente, porque gracias a ella soy lo que soy”, celebra.
“Mi mamá y mi papá vinieron hacia acá hace muchos años, vivimos en Ñemby y cada tanto regresamos a visitar a nuestros parientes en la comunidad del Chaco. Espero poder volver a irme pronto, me quiero ir porque allí están mis abuelas, mis tías, somos como unas mil personas”, cuenta. “El idioma es una cuestión importante y tenemos que saber entenderle a los yshir y a los demás pueblos indígenas”, apunta dando cuenta del paso adelante que significa esa comunicación más fluida.
OTRAS EXPERIENCIAS
Florencio Duarte Florentín es del pueblo Mbyá-Guaraní de Tacuatí y desde hace unos días ejerce como enfermero en el Hospital Regional de San Pedro. “Entré en las urgencias y de todo me toca porque ahora hay mucha influenza, dengue, chikunguña y covid también. Me cuido mucho porque nosotros nos tenemos que cuidar primero para poder hacerlo después con los pacientes que vienen”, comenta entusiasmado.
“Vine en San Pedro a estudiar, nos mudamos luego con mi familia y por suerte hoy soy licenciado en Enfermería tras 4 años de estudio y un año de tesis”, apunta.
Por eso pide a la gente del pueblo Mbyá “que se vayan al hospital sin problema. Ahí nos van a encontrar y les vamos a atender muy bien y les vamos a ayudar en lo que podamos. Creo que es importante que haya más personal indígena para que se le pueda atender mejor a los pacientes”, dice.
Adriana Rosel de la Cueva Balbuena es también enfermera, pero trabaja en la sede de la Dinasapi en labores administrativas. “Hace dos años que estoy y lo que más me agrada es que estamos al tanto de las necesidades de las comunidades y se sigue cada paso desde la Dirección de Enlace y Gestión”, señala.
La tarea no es sencilla porque “un móvil nomás tiene la Dinasapi y hay centenares de comunidades indígenas. Al menos llegamos a las más cercanas de Presidente Hayes, Boquerón, etc., pero se hace el esfuerzo de llegar a todos. Me gusta más el tema de asistir y ver lo que se puede lograr y cada logro es importante como esta contratación de los enfermeros porque conocen a su gente y no va a ser tan difícil comunicarse”, considera.
Adriana es del pueblo Yshir de Bahía Negra y recuerda que en la comunidad de Puerto Diana “hay un puesto de salud donde tienen los medicamentos, pero cuando los cuadros ya son más graves se van a consultar en el Hospital de Bahía Negra”. Por eso entiende que es importante que haya “móviles, medicamentos y personal para que se pueda ayudar a cada comunidad”.
De su experiencia en la oficina destaca: “Hay que valorar el buen trato que nos dan aquí, no hay discriminación, porque en las instituciones todavía existe la discriminación”, sostiene.
También fueron contratados los enfermeros Viviana Jara Castillo, nivaclé; Néstor Vera, avá-guaraní; Blásida Duarte, aché; Romina Ferreira, yshir; Rosaicela Fernández, yshir; Adriana Benítez Giménez, pãi tavyterã, y Mónica Palacio Portillo, avá-guaraní.
PANORAMA
La ministra de Salud, María Teresa Barán, asevera que estas contrataciones “envían un mensaje claro sobre la importancia de la diversidad en el ámbito de la salud”, promoviendo el acceso a través de la Atención Primaria de la Salud (APS), que llega a las comunidades más recónditas del país.
La mayoría de ellas se encuentran ubicadas en zonas de difícil acceso, lo que hace esencial la tarea de los equipos de salud de la familia (ESF). En ese punto, uno de los logros más destacados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es el trabajo conjunto desarrollado por parteras indígenas y personal de salud para lograr partos asistidos de mujeres indígenas.
En setiembre pasado, Barán se reunió con los representantes de los 19 pueblos indígenas que integran el Conasapi, ocasión en la que le reiteraron el pedido de una atención que respete sus pautas culturales.
PROMOTORES
Tiempo después, en Caaguazú, unos 26 promotores indígenas de salud fueron entrenados abordando los contenidos del Manual de Consulta del Promotor Indígena de Salud. Se realizaron prácticas y también entrenamiento en primeros auxilios.
Asimismo, se entregó a cada promotor indígena de salud (PIS) una mochila con elementos básicos para que los mismos desarrollen su trabajo, como glucómetro, saturómetro, termómetro, tensiómetro y otros artículos imprescindibles para realizar primeros auxilios, así como el Manual de Consulta citado, un chaleco distintivo y el certificado de participación.
Próximamente se pretende replicar esta acción con los promotores indígenas de salud de la región Occidental.
La Dinasapi viene solicitando, además, la incorporación de promotores indígenas de salud a la Unidad de Salud Familiar que está inserta en la comunidad del pueblo Maká.
ESFUERZOS PARA LLEGAR A LAS COMUNIDADES
En oportunidad de la sanción de la Política Nacional de Salud Indígena se consignaban datos del Censo Nacional Indígena de 2002: “Estos muestran cifras no muy alentadoras que revelan el alto grado de exclusión en términos de acceso a servicios básicos: solo un 2,5 % accede a agua potable, 4,7 % al servicio de recolección de basura, 1,1 % al servicio sanitario y 9,7 % al servicio de luz eléctrica. La misma fuente revela que el promedio de años de estudio de la población indígena es de 2,2 años, muy alejado de la media nacional situado en 7 años”, apuntaba.
Por ello, para Dalila Oviedo, directora de Salud de los Pueblos Indígenas, “la incorporación de profesionales de los diferentes pueblos indígenas de nuestro país responde a una mirada mucho más amplia de la diversidad de pueblos existentes”.
Lo hace recordando que hay 19 etnias en el país y que “cada uno de ellos tiene su propia cultura, su idioma y su cosmovisión. Esta amplia diversidad significa un reto para el Ministerio de Salud, que debe brindar una atención integral a todos los habitantes del país sin ningún tipo de discriminación o, en su caso, eliminando los obstáculos que impidan que los profesionales indígenas tengan cabida en el sistema público de salud”, recuerda.
–¿En cuánto mejora la atención la comprensión del idioma y la idiosincrasia?
–Bien sabido es que mientras más completo sea el entendimiento del reporte de los signos o síntomas de enfermedad, mayor probabilidad habrá de tratamiento. Pero no solo eso. Los pueblos indígenas tienen también su propio sistema de salud, por lo que resulta muy importante realizar una labor complementaria entre ambos sistemas, el indígena y el tradicional, de forma de tener una mayor probabilidad de éxito. Esto es lo que hace tan imprescindible que los profesionales estén capacitados no solo en cuestiones de salud, sino también en temas relativos al idioma y las costumbres de los diversos pueblos indígenas. Por ello también la propia Ley de Salud Indígena reconoce a los promotores indígenas de salud como parte del sistema, es decir, como la persona de la propia comunidad, que entiende su idioma y su funcionamiento y que puede transmitir este conocimiento a los profesionales de las USF o de otros servicios de salud para la atención intercultural efectiva de las personas.
–¿Es posible la incorporación de más promotores indígenas de salud?
–Paulatinamente hemos ido incorporando más promotores, ya que el objetivo es que cada comunidad tenga el suyo propio. Sin embargo, debemos atender a la organización del Ministerio de Salud y también respetar el cumplimiento de los requisitos necesarios en cuanto al perfil que debe tener el promotor y la necesidad real de la comunidad. Cabe señalar que algunas comunidades cuentan con más de un promotor.
–¿Cuál es la necesidad más urgente del sistema de salud con relación a los pueblos indígenas?, ¿infraestructura, presupuesto, personal?
–Los obstáculos que a veces encontramos para hacer llegar la atención a las comunidades tiene más que ver con cuestiones ajenas al Ministerio que con la disposición de este para llegar. En este sentido, cabe resaltar los caminos en mal estado o que no son de todo tiempo e incluso la falta de caminos; la falta de medios de movilización apropiados para recorrer largas distancias por senderos sinuosos e incluso inundados en épocas de lluvia; la falta de buena señal para comunicarnos telefónicamente con las comunidades, entre otros, son factores que atentan contra la efectividad del servicio que queremos brindar. Muchas veces hemos debido sortear grandes obstáculos físicos para poder llegar y cumplir nuestra labor, pero hemos llevado todos los programas del Ministerio de Salud a las comunidades indígenas. Debemos resaltar en este punto que varias USF funcionan dentro de las propias comunidades indígenas, siendo nuestra intención continuar apostando a la llegada integral e intercultural de nuestros servicios a la población indígena, incidiendo desde nuestra dirección para la construcción de más de estas unidades.
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